Las bicicletas de ayer


Después del calurosísimo día de ayer, hoy sábado amaneció más templado y con el cielo cubierto. La cita era a las diez en el lugar habitual: los Jardines de Pereda y allí nos presentamos una docena cumplida de personas para la salida programada para hoy. Nos acompañó este sábado, Juan, de Lugo, responsable de “Bici Clásica”, de paso por nuestra ciudad.

Salimos de la ciudad por terrenos del Puerto de Santander: una de las pocas, por no decir la única salida practicable para bicis; hoy sábado totalmente despejada de tráfico, muy tranquila y muy fácil para todos. Una vez pasada la ría del Carmen, continuamos por el carril bici de una sola dirección que rodea el aeropuerto, hasta llegar a Maliaño.

Maliaño centraba el punto fuerte de la ruta de hoy con la visita a Segundo Gómez y a su Museo de bicicletas. Segundo compartió un rato de su tiempo con nosotros enseñándonos su colección de bicis, amenizando la visita con su agradable charla. Nos mostró su colección de joyas: Algunas réplicas de los primeros ciclos, otras fabricaciones suyas a partir de modelos originales y de sus propias interpretaciones de los bocetos. Bicicletas de épocas pasadas o cuidadosísimas restauraciones forman parte de su preciosa colección. Segundo lo hace todo artesanalmente: todas y casa una de la piezas de sus bicis están hechas a mano, desde los radios de las ruedas hasta los manillares, curvados en formas más o menos caprichosas, pasando por cuadros, pedales, piñones y coronas.

Segundo ha expuesto su colección en diversos lugares. Sus piezas y sus artilugios provocan interés y curiosidad entre todos los públicos. Las numerosas preguntas y cuestiones en torno a sus máquinas son pacientemente respondidas y comentadas por él en mil anécdotas interesantísimas. Le gusta dar a conocer su obra, el fruto de sus trabajos y lo hace de una manera muy agradable. Es una pena que no cuente con el apoyo institucional que merecería un trabajo tan excelentemente realizado.

Después de la inolvidable visita a Segundo, nuestra ruta continuó hacia las Marismas Blancas por la Punta de Parayas. Visita rápida a los restos arqueológicos del cementerio de Maliaño: restos romanos de unas termas a los que se superponen los de una necrópolis y una iglesia románica del siglo XII. Parada en el entorno natural de las marismas para compartir comida, charla y compañía. Por las Marismas Blancas llegamos a Astillero, donde pudimos ver el “Puente de los Ingleses”, antiguo descargadero de mineral, hoy conservado como resto de patrimonio arqueológico industrial. Solo el puente de Pontejos nos separaba de Pontejos y de la isla de Pedrosa, antiguo lazareto donde guardaban cuarentena las tripulaciones que llegaban de América, luego sanatorio para tuberculosos y actualmente centro de rehabilitación de drogodependientes, entre otros usos. Sorprendente el edificio del teatro, arquitectura de piedra y ladrillo, hoy en estado de abandono y ruina, junto a un pequeño embarcadero.

En la vuelta hacia Santander se impuso una parada técnica para tomar un café y comenzó el momento de las despedidas… Estupenda jornada de pedaleo, bicis, que esperamos repetir muy, muy pronto. Hay otros muchos itinerarios previstos…
tantos como sábados nos esperan…

Hasta pronto y muchas gracias a todos.

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