III Tweed Ride – Un paseo elegante en bicicleta por las calles de Santander

El Diario Montañés

‘Cantabria ConBici’ organiza un paseo ciclista por la ciudad en el que los participantes van en bicicletas clásicas y llevan ropa de diario elegante, con tejidos naturales, como la lana, el lino o el algodón

Tirantes, sombreros, vestidos de seda y bicicletas, muchas y muy variadas bicicletas. Santander regresó ayer por una tarde al pasado para acoger la tercera edición de Tweed Ride, un paseo ciclista por la ciudad en la que los participantes vestidos para la ocasión recorrieron sus calles sobre bicicletas clásicas.

Organizado por Cantabria Conbici, el objetivo de la actividad era reivindicar «con bicis y ropas del pasado la movilidad del futuro», destacó Ana Sobremazas, quien lamentó que Santander «no dispone de un carril bici con conexiones con los puntos neurálgicos de la ciudad, para que la gente pueda ir a hacer tranquilamente sus gestiones».

Familias enteras, solteros, e, incluso, algún que otro soldado que ha burlado la seguridad del cuartel para encontrarse con su prometida. Decenas de personas no quisieron perderse la oportunidad de disfrutar de una bonita tarde a bordo de su vehículo favorito.

Sobre su Gimson de los años cincuenta, el palentino José Manuel Montes se mostró feliz de participar por segunda vez en este peculiar paseo, además de demostrar su pasión por el mundo de las bicicletas antiguas. «Solo he tenido que restaurar el sillín de cuero, se conserva perfectamente. La grasa por la que estaba cubierta ha permitido que la pintura permaneciera intacta a lo largo de los años», explicó.

Desde la calle San José recorrieron distintas zonas de la capital, parando a disfrutar de la vista y del paraje que engloba el Palacio de La Magdalena, hasta llegar al parque de Mesones, donde les esperaba una refrescante limonada.

Mantas, flores, paraguas e incluso maletas. Cualquier objeto era válido para decorar, cada uno a su gusto, su bici. José Reguero llegó con un ejemplar del año 1936, y detrás, como adorno, portaba una garrafa de vino con cubierta de mimbre. «La uso solo para este tipo de eventos», confesó. Desde Asturias, y en concreto desde Oviedo, se acercó Isabel de la Lastra, que no quiso perderse la oportunidad de reivindicar el uso de la bicicleta como «medio de estética y transporte en la ciudad».

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