Como la movilidad y el desarrollo urbano sostenible pueden ayudar a los ciudadanos

COMO LA MOVILIDAD Y EL DESARROLLO URBANO SOSTENIBLE PUEDEN AYUDAR A LOS CIUDADANOS.

SANTANDER, 6 de Mayo de 2011, CANTABRIA CONBICI, en su afán por conseguir una ciudad más sostenible y habitable, quiere reivindicar la eficiencia de las soluciones que ofrecen los planes de movilidad sostenible y los desarrollos urbanos basados en las personas, en estos tiempos de grandes dificultades más si cabe.

Para cualquier persona la movilidad es más que un derecho, una necesidad inevitable. Las distancia que recorre una persona para realizar sus tareas cotidianas se ha visto incrementada en los últimos años, de unos 7 kilómetros diarios en los años 80, hasta los 20 actuales, debido a desarrollos urbanísticos que han adoptado al vehículo privado como nexo de unión entre el hogar, el centro de trabajo y los centros de ocio.

En base a esto, las zonas de expansión de las ciudades se han convertido en zonas residenciales, faltas de planificación de servicios como líneas de transporte urbano, centros de salud, mercados, colegios y zonas de esparcimiento, condenando a los ciudadanos a adoptar el coche como la única opción de desplazarse en un tiempo razonable.

En estos momentos, para muchas personas, mileuristas o parados, adquirir o mantener un coche supone un esfuerzo inabordable o demasiado caro. Mileuristas para desplazarse al trabajo, parados para buscar nuevas oportunidades, en definitiva cualquier persona, debe asumir el coste de la gasolina, el mantenimiento del vehículo, seguro, revisiones, impuestos y el gasto más elevado, su compra. Todo esto para que la ciudad por pequeña que sea no se convierta en grandes distancias.

De esta manera, defendemos el fomento de los servicios urbanos de transporte, el teletrabajo, aparcamientos disuasorios, la construcción de carriles bici en las principales vías de tráfico, los planes de calmado de tráfico mediante zonas 30, las peatonalizaciones y un desarrollo urbanístico que ponga a menos de 10 minutos andando, en bicicleta o en autobús cualquier servicio que necesite una persona.

En lo que respecta a la bicicleta, para un ciudadano supone la forma más práctica y eficiente de moverse, desde el punto de vista del ahorro económico o del aprovechamiento del tiempo dedicado a los desplazamientos, por ejemplo para realizar ejercicio físico en estos tiempos en el que nuestro tiempo libre es menor y más inactivo. El uso de la bicicleta genera beneficios para la salud tantos fisiológicos como psicológicos a la vez que reduce los hábitos sedentarios, los cuales provocan, entre otras, enfermedades cardiovasculares como hipertensión, obesidad, etc. Estas enfermedades junto con las respiratorias provocadas por la contaminación, empeoran la calidad de vida, la salud de las personas hasta ser unas de las principales causas de muerte. Frívolamente, en términos económicos, repercuten en el gasto sanitario a afrontar por las administraciones.

Para las empresas, de cualquier tamaño, fomentar el abandono del uso irracional de coche implica ventajas en cuanto al aprovechamiento del espacio.

Por ejemplo, un coche aparcado en la calzada ocupa unos 10 metros cuadrados de espacio público, ya puede ser debajo de casa, cerca del trabajo, del cine, del supermercado, de la farmacia etc. Es decir, cada persona que usa el coche cotidianamente necesita realizar un uso del suelo público equivalente a tantos aparcamientos necesite usar en sus desplazamientos, por no hablar del ancho de los viales para soportar en determinados momentos grandes flujos de tráfico, lo que nos lleva a que el 30% del espacio de la ciudad se destina al uso del coche.

Este espacio puede ser revertido mediante peatonalizaciones, como las calles del centro, del cual se aprovecharían todos los comerciantes, al llenar las calles de gente, por ejemplo Juan de Herrera, o los residentes, consiguiendo una zona más tranquila y libre de gases y ruidos para vivir. Esto sin duda debe ir acompañado de la construcción de parkings para residentes y la construcción de aparcamientos disuasorios en las entradas de la ciudad para conseguir menos coches circulando por el centro de las ciudades.

Para una gran empresa que adopte un plan de movilidad en su centro de trabajo, implica que el espacio privado de los aparcamientos que dejen libre los trabajadores que acudan en autobús, coche compartido, tren o bicicleta, puede ser ocupado por nuevas infraestructuras, dotaciones, de manera que se puede aumentar la productividad o mejorar las condiciones de trabajo, por espacio, adecuación, etc.

Asumir por todos un modelo de transporte sostenible y cambiar el modelo de hacer ciudad es cada día más urgente. Llevamos 5000 años haciendo ciudades y solo en los últimos 60 años las hacemos en función del coche, no habiendo ninguna ciudad que haya conseguido solucionar sus problemas en función de este.

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